20-30 Septiembre 2018.
Nos vamos a uno de los destinos que más nos gustan. Por la playa, y por esos 7 pueblos blancos tan preciosos. Muchas ganas de ir.
La carrera era el sábado por la mañana y por tanto nos fuimos la tarde del viernes a Mijas. Llegamos al hotel sobre las 20:00, buena hora para dar un paseo por el pueblo y cenar, ya sabíamos dónde, ahora os lo cuento.
El paseo por esas calles tan adornadas con flores, tan cuidadas, llenas de turistas. Paramos a comprar dos pequeños platos de cerámica, un recuerdo.

Después ya nos fuimos hacia el restaurante, «El mirlo blanco» es su nombre, ya lo conocíamos y teníamos muchas ganas de volver. Es un restaurante vasco y yo recordaba haber comido una merluza exquisita. La volví a pedir y me volvió a encantar. Además quisimos probar algo que recomendaba la gente en los comentarios del restaurante, el Txangurro, aquí lo tenéis:

Estaba rico, pero demasiado consistente para mi gusto, muy bien elaborado.
A la vuelta hacia el hotel, nos encontramos con este ambiente divertido por las calles:

Bonita noche en Mijas. En el hotel nos fastidiaron los de al lado, hablando fuerte, y con música buena parte de la noche, para olvidar.
Al día siguiente, la carrera, cronoescalada de 5 km, pocos kilómetros, pero de mucho desnivel. Luis quedó segundo. Aquí había ganado en dos ocasiones. Muy buena carrera.




Con otra copita para la colección!
Pues ahora qué, pues nos vamos para Fuengirola, a la playita.
Muy buena situación del hotel, enfrente del mar. Comimos paella, mala, mala, pero a ver quién le quita el arroz a Luis. Pero antes de la paella, unos espetos de sardinas espectaculares, faltaba más.
Nos fuimos a la playa por la tarde. Vaya baño más guay. Pongo una fotito. No pongo un vídeo por vergüenza, ya sabéis, haciendo tonterías.

Y no había medusas, menos mal.
Que dónde cenamos, me preguntáis, en un chiringuito, «Serrano» se llamaba, y nos gustó un montón. Pescaíto al espeto que nos recomendó el camarero, muy simpático. Lubina para más señas, rica, rica. Mientras cenábamos, se estaba jugando la primera parte del Real Madrid-Atlético de Madrid y a mí me lo contaban mis hijas y el grupo de los atléticos por el Whatsapp.

Nos fuimos para el hotel, a ver si llegábamos a tiempo para ver la segunda parte del partido, en una sala con una tele grande que tenían. Y allí, claro, rodeados de madridistas, no importa, estaba tranquilo el ambiente. El resultado, ya sabéis, 0-0. No está mal.
En este hotel dormimos en la gloria. Lo recomiendo. IPV……Fuengirola.
Hasta la próxima amigos, el finde que viene, en Roquetas.
