Vuelvo a mi blog y al vuestro. Vuelvo a ser escritora. Eso dice Luis, que yo soy la escritora y él, el lector. Es verdad, él es el gran lector.
Y yo, esa aficionada que ha encontrado en escribir en este blog una faceta muy divertida y apasionante.
Entremos en materia. Describamos los “crímenes bestiales” que han acontecido en este intenso fin de semana.
Fuimos todos, la gran familia. Y damos la bienvenida a mi blog a Carmen A.
Y disfrutamos a lo bestia.
Nos íbamos un viernes de mayo y nos quedaríamos hasta el domingo. Un viernes de mayo que, si volviéramos la vista atrás, hace 35 años, estaría una servidora con una voluminosa barriga esperando la llegada de su primera hija, que, por cierto, no tenía ninguna prisa. Y llegó el 14 de mayo, pero porque la obligaron. Y aquí está.
Guapísima con lo que se ponga.
Contemos la historia de toda la aventura de este fin de semana, para que no se olvide. Como siempre.
Nos alojamos en el Hotel Essence Boutique By Don Paquito. Con mucho glamour. Las tres parejitas. Cada una en su habitación.
Con cena en el hotel. Tienen un buen buffet.
Las dos noches ha estado muy bien la cena.
El viernes, después de la cena, pequeño paseíto y a descansar, que el sábado hay carrera.
Y los desayunos también están muy bien.
Como la carrera era a las 16:00 horas, teníamos que comer pronto. Habíamos reservado a las 13:15 en nuestro chiringuito José Cerdán.
El que nunca falla. ¿O sí?
Antes, Luis y yo, nos acercamos un rato a la playa a leer un poco. El periódico. Un libro que iba a empezar, ”Cámara sangrienta”, un libro de cuentos clásicos de toda la vida, pero versionados por la escritora Ángela Carter.
Empecé el primero, Barba Azul, y prometía. Me había elegido bien el libro Luis, como siempre. Luis, el lector bestial.
Este libro me iba a recordar la infancia de mi hija Noelia. Porque cuando era pequeña, vio Barba Azul unas cuantas veces. Unas películas de dibujos animados para niños que le regalaron a Luis cuando trabajó en un colegio privado. Había que entretenerla con algo. Era puro nervio, bestial, si se lo proponía. Que quizás Barba Azul no era lo más adecuado, pues puede, pero era una manera de sedarla y que no se dedicara a decorar toda la casa con sus rotuladores. O a meter la cabeza por la barandilla de la terraza, o a…
Jaja, cómo ha pasado el tiempo. Noelia y Carmen con Tomás y Carmen A. Nos encanta disfrutar con ellos.
Por eso, y para seguir disfrutando nos fuimos a esa maravillosa rutina que es comer.
Y comimos. No estuvo perfecta, un pez espada seco, seco, pero claro, no era el día. El día sería mañana. Celebraríamos el cumpleaños todos juntos.
Hoy comimos con las Cármenes. Noelia y Tomás se quedaron en la playa y comerían más tarde porque no irían a la carrera.
Pues a toda pastilla nos fuimos para Churriana. Carmen A y mi hija Carmen nos acompañarían. Ellas además tienen amigas en Churriana, que está de fiestas, y ellas estaban invitadas.
Llegamos a Churriana. Dorsales y carrera.
Al salir, mala salida, que el pie no entra en el pedal, que me quedo algo atrás. Y aquí en esta carrera no hay tregua. Van como locos.
Y se quedó un poco atrás en la primera vuelta y son 10. Y le fuimos viendo pasar, fuerte, pero solo, y no enlazó.
No hubo incidentes. Y cada vez que pasaba, nosotras animando.
Al final, octavo. Muy bien Luis. Eres un ciclista de los más grandes de la categoría. Sea por mis croquetas o no, pero lo eres.
No había podium. Pues como no hay mal que por bien no venga, nos iríamos antes a Torremolinos.
Y nos daría tiempo a un paseo antes de cenar todos juntos en el hotel.
Estoy muy sensible hacia todos los animales. He leído el libro ”Crímenes bestiales” y me ha cambiado la vida. Para bien, claro.
Leedlo. Autora: Patricia Highsmith.
Cenamos, y después, en la tele del hall del hotel, nos dio tiempo a escuchar la canción de España de Eurovisión. Muy bonita. Pero no hubo suerte.
Y ya a esperar el domingo. El día del cumpleaños de Noelia. Habíamos reservado para las 14:00 horas en el chiringuito.
Nos fuimos antes a la playa. Pero no salió el mejor día. Con viento. Bastante viento.
Noelia y Tomás se bañaron. Son bestiales.
Los demás pues sentaditos y tan ricamente, esperando la hora de la comida.
Comida bestial: espetos, tomates con aguacates, calamar plancha, salmonetes, gambas rojas de Garrucha, de lo mejor, y la tarta.
¿A que pensáis lo mismo que yo? Bestial con ese cuchillo.
Precioso fin de semana. ¡Qué cursi! Dilo ya, ¡Bestial!
Cómo me repito. Pero no me canso.
Nuestra historia fue magnífica en el fin de semana. Se nos hizo corto. ¡Feliz cumpleaños Noelia!
Y en el trasfondo de esta crónica subyace la lectura de ”Crímenes bestiales”, libro que revela la lucha de la autora con temas como la injusticia, la ambigüedad moral, la crueldad en el corazón de las relaciones humanas. Relatos breves que nos animan a alinearnos con las bestias en lugar de con los humanos.
El gatito de Torremolinos sabía que habíamos leído ese libro y nos permitió hacer la foto sin inmutarse. Éramos de confianza.
Nos vemos en la próxima carrera. ¿Será bestial?
Más que feliz de pertenecer a esta gran familia bestial que habéis creado. 😉
Bestialísima entrada!!! Lo hemos pasado genial!!! Me encanta la playa, cómo Barba Azul de pequeña. Muchas gracias por el cumple, vaya gambas!!!!! A seguir con las carreras y las entradas, máquinas!!! Muy guapos tod@s!!! Muchas gracias por la sorpresitas😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘
Una entrada a la altura del fin de semana. Se nota el gran cariño que tenéis por vuestras hijas y cómo lo vais extendiendo a los que llegamos después a la familia. Muchas gracias por todo.
PD: que se preparen en la próxima carrera que la ira del campeón será bestial
Hoy toca hablar de animales bestiales. En primer lugar, felicitar a uno de los animales más bellos con los que vivo, nuestra hija Noelia. Qué emoción ha traído vuestra madre al recordar el día en que nos la trajo la cigüeña. Y ahí está, como la monja guerrera, esgrimiendo una espada, amenazando a todas las bestias inmundas de la creación. Me ha recordado a su abuela el día que ella sola se enfrentó a varios mozos que en las fiestas del pueblo entraron en la tienda a fastidiar. Fue bestial. Como lo son los perros, los mejores amigos del hombre, que hoy se me han cruzado en la carretera. He salido como alma que lleva el diablo, la bestia de las bestias. Los perrillos no distinguen el bien del mal; puede que alguien les haya molestado desde una bici y ellos han aprendido ese bestial comportamiento. Los humanos somos peores, pues sí diferenciamos entre el bien y el mal, y ponemos en peligro a ciclistas por no querer perder unos segundos con el coche.
Llegando del entrenamiento he visto atravesar la carretera a toda velocidad a un meloncillo.Conocido vulgarmente como serpiente peluda. Era pesado y corpulento y se arrastraba en línea recta por el suelo, moviendo el rabo peludo, que parecía una culebra. Hace un par de años me encontré uno muerto en la carretera y al lado otro que trataba a reanimarle, me dio una pena enorme. Creo que no fue casualidad que durante el viaje escucháramos un programa de radio en el que hablaban de cómo los humanos utilizaban nombre de animales para insultarse entre ellos: melón, que es lo primero que te dice el maestro; zorra, que es…; cabrito, mamón, etc. Pero también se utilizan nombres de animales para metáforas erótico-festivas: el conejo de la Loren, la melones del pueblo, etc., pero también se puede ser trabajador como una hormiguita o bello como una mariposa. Incluso feminazi como la mantis religiosa que se come al macho de su especie tras la cópula.
Quiero terminar diciendo que los otros animales bellos con los que vivo son nuestra hija Carmen y, la culpable de todo lo bueno que nos pasa, Vitori, la escribidora. También queremos a sus parejas: Tomás, muchas gracias por tu aliento, y Carmen A. eres una mujer estupenda para Carmen C.
Gracias a todos.
Muy buena entrada como siempre y no digamos de los comentarios de Luis. Vivís experiencias muy intensas y buenas y por eso son bestiales. Ya sean con la familia, la bici o los libros.
Os leemos en la próxima entrega.
Buena suerte !