Hemos vuelto a las carreras. Y vaya lugar para empezar. En Mérida, Augusta Emérita, una de las ciudades que nunca olvidarás.
Empezamos a competir. Y con un nuevo equipo, Ciclos Castillo, un equipo cordobés. Con mucha ilusión.
Nos fuimos el sábado, camino de Extremadura. Me encanta Extremadura, esos paisajes de dehesas, sus gentes, su gastronomía.
Es la primera vez que vamos a esta carrera.
Elegimos un buen hotel para hospedarnos, con una ubicación excepcional, en una plaza con un ambiente fabuloso. El día acompañaba. Al llegar a mediodía, un poco tarde, nos fuimos a buscar un sitio para comer. Como llegamos un poco tarde, los mejores sitios estaban llenos. Nos metimos en un bar llamado el Pestorejo, de tapas, muy concurrido. Nos tocó esperar.



Pestorejo: Morro de cerdo a la brasa.
Muy rico el Pestorejo, pero pedimos otras cosas que no nos gustaron. Bueno, no triunfamos esta vez con la comida.
Por la tarde nos fuimos a visitar la ciudad. Nosotros conocíamos Mérida, pero hace más de veinte años.
De camino hacia los monumentos más importantes, que son el teatro y el anfiteatro romanos, vimos este templo:



Y llegamos a la zona de los monumentos importantes. Pensábamos que llegábamos tarde, eran más de las seis de la tarde. Y no nos equivocábamos. Las visitas diurnas acababan de terminar. Pero, oh, grata sorpresa, había una visita guiada nocturna a las 19:30. Nos apuntamos, claro.
Jamás olvidaré ese teatro y anfiteatro romanos, de noche. Estabas allí y parecía que estabas acompañada de romanos, de gladiadores. Qué maravilla, qué emoción, me encantó. La guía nos contó muchas cosas. Es espectacular lo que hay allí. Comprobar por uno mismo que existieron esas civilizaciones. No tengo palabras.




Anfiteatro Romano. Impresionante.
Con tanta emoción, no me daba ni cuenta del frío, que hacía un poco.
Camino del hotel, nos encontramos en la plaza, con esta concentración:

Y con esas emociones ya nos fuimos a descansar al hotel. Allí cenamos, pedimos jamón de bellota, extremeño, cómo no, muy rico.
Y amanece el domingo, la carrera. Dejamos el hotel y nos fuimos para allá. Hoy la carrera empezaba más tarde de lo habitual, a las 10:30. Recogida de dorsales antes.
Era una carrera de dos vueltas para los máster 50 y 60, cada vuelta de 32 km. Y Luis con dudas de qué ropa ponerse, corta, larga, porque hacía frío. Con nervios, porque era la primera carrera, y claro, no estamos en forma. Aguantaré, o no aguantaré. Y yo animándole, pues claro, eres un crack.
Y no me equivocaba. Mirad qué buena pinta:


En hora y media llegaron los valientes pretorianos a la meta de Augusta Emérita.
Y Luis segundo, al sprint. Muy contento. No podemos olvidar que es la primera carrera, estamos cogiendo la forma. El trofeo, precioso, digno de esta maravilla de ciudad:


Y nos vamos.
De camino en el coche, escuchando «La fuerza del corazón», de Alejandro Sanz. Más sentimientos después de un fin de semana con el corazón a flor de piel.
Y quien no conozca Mérida, que vaya, y disfrute del espectáculo.
Hasta la próxima, amigos. Será en Castell de Ferro, en Granada, el 10 de Febrero.
Qué alegría de volver con dos ruedas y mil historias.