Nos fuimos el jueves 6 de Septiembre para Soria. Llegamos sobre las 22:00 horas.
Dejamos el coche en un parking cercano al hotel y al salir vaya frío, qué diferencia de temperatura con Andújar; nosotros con nuestras sandalias, pantalón corto, buf…
El hotel Alfonso VIII, céntrico. Ya habíamos comido algo en el camino, un bocadillo de jamón ibérico, y como no teníamos ya más hambre, no cenamos más.
El viernes por la mañana después de desayunar nos fuimos a dar un paseo a la espera de recoger los dorsales a las 10:30. Llegamos de los primeros y a esperar. Empezaron a llegar ya los ciclistas y se fue formando la cola. No estaban nada organizados para la entrega de dorsales, pero bueno, no tuvimos que esperar mucho. Luis tenía el 603.
La contrarreloj era a las 15:00 de la tarde, por lo que teníamos que comer antes de las 13:00, difícil comer algo decente a esa hora. Buscamos, por tanto, una tienda de comida elaborada y la encontramos. Marino, se llamaba, y tenían muchas cosas. Luis quería pasta y la encontró. Comimos en nuestra habitación tranquilamente.

Salió del hotel sobre las 14:15 para entrenar algo antes de la contrarreloj y a los 5 minutos me llama, «Victoria vete para el hotel que me ha pasado una cosa». Qué susto. ¿Qué será? Pues increíble, se le había roto el culote por la ingle, inservible. Si le llega a pasar en la carrera, adiós carrera. Se puso otro culote y arreglado. Vaya agujero!
Luis salió a las 15:20 en la contrarreloj y tardó 31:13, quedó el sexto. Él no tenía una bici apropiada para la contrarreloj ( la llaman «bici de Cabra»), pero hizo una magnífica carrera. El primero le sacó menos de un minuto y el tercero, 19 segundos. Con otra bici seguro habría conseguido medalla. Bueno, al año que viene.

Después de la contrarreloj, para el hotel y a descansar para la carrera en línea de mañana, salen a las 8:30, vaya madrugón. Nos dimos un paseo suave por la tarde por las calles de Soria, había bastante animación. Nos fuimos a cenar al hotel, que tenían un menú que parecía bueno. Y nos gustó. Estaban un poco desbordados por el trabajo y tardaron, pero cenamos bien.
En la carrera del sábado participaban unos 160, entre máster 50 y 60. Un gran pelotón. Afortunadamente el día era espléndido. Salieron puntuales a las 8:30.
Mientras transcurría la carrera paseé por Soria y cuando faltaba una media hora me fui para la meta y estuve con amigas de las carreras. Los primeros ciclistas llegaron aproximadamente a las dos horas. Ganó uno de 50, venían cuatro escapados.
Luis llegó en un pelotón con muchos de 60. Su puesto fue el 16, muy meritorio, ya que muchos de los participantes no habían corrido la contrarreloj el día anterior y estaban más descansados. Estaba contento, pero con una pizca de amargura, ya que me comentó que, por nada, podría haber entrado en el primer pelotón, donde iban unos seis ciclistas de 60 y habría podido disputar las medallas. Pero las carreras son así.
Nos fuimos para el hotel, recogimos y nos fuimos de Soria.
Es bonita Soria, tiene iglesias preciosas, se come bien, aunque esta vez, no hemos ido a sitio especial, por las circunstancias de carrera. Nos vamos contentos, hemos podido disfrutar de la competición.
