Hoy corríamos en los Barrios, al ladito de Algeciras. Nos acompañaba nuestra hija Carmen.
Quiero empezar mi relato por el final de la aventura. Una preciosa carrera, no pudimos hacer podio, pero Luis ha corrido espectacular. Circuito de 15 vueltas de dos kilómetros, corriendo juntos los máster 50, 60 y cadetes. Muy flojos los más jóvenes y muy fuertes muchos de 60. El tiempo, con nubes y algo de viento, pero afortunadamente mejor que el día anterior.







Además de esta carrera ha habido otras, empezando por niños muy pequeños, promesas, principiantes, alevines, infantiles. Muy bonito el espectáculo. Eso sí, la ilusión la tienen tanto los pequeños, como los mayores. Increíble cómo hombres de 60 y de más años se esfuerzan y sufren compitiendo, algunos incluso convalecientes de enfermedades graves. Lo que hace el deporte, los valores que tiene, lo que une.
Y ahora voy a contar la historia del día previo. Nos alojamos en Algeciras.
Quisiera contar algo de esta ciudad. En el año 1906, las potencias europeas, se reunieron en el hotel Reina Cristina, para la cuestión marroquí. Entonces, Algeciras, era un pueblo pequeñito, con un pequeño puerto. Hoy se ha convertido, en uno de los puertos más importantes de Europa. Desde Algeciras, se ven las columnas de Hércules, en África llamada Avyla y en nuestro lado, el peñón de Gibraltar. Cuando veo esta mole, me corre una emoción indescriptible por el cuerpo. Y además, con las nubes, parecía un barco fantasma.
Desde el hotel en que nos alojamos, Hotel AC Algeciras, podemos divisar el puerto. Siempre sorprendente.






Estuvimos paseando por las orillas del puerto, con el viento haciendo de las suyas.

Hay un pequeño campo de fútbol a las orillas del puerto y estaban echando un partido chicos africanos, población muy abundante en esta ciudad, por su localización.
Cenamos en el hotel, muy tranquilos. Es un buen hotel.
El domingo, de vuelta a casa, paramos a comer en un restaurante de la carretera A-45 de Málaga a Córdoba, que no conocíamos. Antes habíamos ya parado en otros dos, pero tuvimos que irnos, estaban a tope. Éste también lo estaba, pero Luis vio un plato de arroz y dijo, nos quedamos. Pues ya está, a esperar. Pero para nuestra sorpresa nos atendieron bastante pronto y salimos encantados de la comida. Hay que anotarlo en nuestra agenda y os lo recomiendo, es fantástico.




Algeciras está lejos, pero valió la pena. Y Gibraltar español, ya.